Estos días he podido leer muchos comentarios y crónicas sobre la Ultra, para la gran mayoría el terminar era el objetivo, en mi caso admito haberme sentido incomprendido, puesto que ambicionaba algo más que terminar, las felicitaciones al llegar y los días posteriores contrastaban con mi respuesta de...... si, bueno, podría haber ido mejor......., mi momento de inflexión fue en Soller, donde me había planteado el retirarme, y aunque en ese momento no estaba de buen humor, mi novia Marga se impuso a mi derrotismo animándome a seguir, por primera vez en años, o mejor dicho, en décadas los ojos se me humedecieron, se me hizo un nudo en la garganta y me entraron ganas de llorar ante sus palabras, no pude evitar que alguna lagrima se me escapara, y entonces entendí lo que he visto tantas veces en la llegada de un maratón o de un ultra. El sufrimiento, el cansancio y el dolor hacen presencia en este tipo de carreras más que en cualquier otra, es una lucha constante y feroz contra ti mismo, como he leído en más de una ocasión.... te pone en tu sitio.....
Admito también que seguí por Marga, porque se lo debía después de meses de ser monotemático (lo que tienen que aguantarnos), y a mi entrenador, que si bien es verdad que me sorprendió su forma de preparar un ultra, a estado siempre ahí, animando y esforzándose por hacerme llegar lo mejor posible, y sé, que a veces no soy fácil de llevar (gracies Josep, :-) ).
Si bien, a uno le cuesta entender que solo terminar puede llegar a ser una victoria, cuando llegas a Pollença lo entiendes, cada persona que te cruzas te aplaude y te da gritos de ánimos, no hay vencedores ni vencidos, solo finishers, en los últimos 2km encontré a mi padre que corrió conmigo hasta casi 300m de meta, momento en que del público veo salir a Marga emocionada agarrándome de la mano, con ella a mi lado recorro los últimos 200m y cruzamos juntos la linea de meta, por un instante el crono no importaba, sé que el tiempo no es bueno, que no quería eso, pero Marga tenía razón, si no llegas y te retiras te vas a arrepentir, y es verdad, nunca he cruzado la meta tan contento como ese día. La llegada es impresionante y el público entregado te hace sentir como si fueras un héroe.
Finalmente está es mi segunda Ultra, 19h40' en 2010 y 18h48' en 2014, más la trail del año pasado en 9h02', todo suma, y la experiencia es acumulable. No sé como irán las cosas, ni si podre volver a estar en la linea de salida del próximo año, ahora mismo el futuro es incierto. Pero si puedo, y vuelvo a colocarme en la salida del 2015, intentare llegar lo mejor que pueda e intentare de nuevo hacer un "buen tiempo" para mi, porque al fin y al cabo, entrenamos para ello y algunos necesitamos ese "algo más".
Finiquitamos la temporada y ya hasta el 2015, lo que queda de año quizás haga alguna travesía, populares o triatlon, pero ya ningún objetivo serio.